Director de CHILEBIO: “Nosotros comemos transgénicos todos los días”

El programa Nación Fértil tuvo como invitado especial al Director Ejecutivo de CHILEBIO, Miguel Ángel Sánchez, quien conversó con Carlos Ibarra acerca de los mitos y realidades de los cultivos transgénicos, tema que hoy está en la palestra nacional, con personas a favor de su producción en Chile y también detractores.

Miguel Ángel Sánchez fue el invitado especial que tuvo Radio Agricultura en el programa Nación Fértil, el pasado sábado 9 de febrero. Él es Biólogo de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Doctor en Ciencias Biológicas con mención en Genética Molecular (Mención Bío Procesos), y además es Director Ejecutivo de CHILEBIO.

CHILEBIO es una Asociación sin fines de lucro dedicada a informar y educar sobre Biotecnología Agrícola, promoviendo la agricultura sustentable, las buenas prácticas agrícolas, la protección de la salud de los consumidores, la preservación del medio ambiente, el respeto a la propiedad intelectual, y el establecimiento de normas con criterio científico para la regulación de la Biotecnología Agrícola. El Director comenta: “CHILEBIO nace como una instancia de facilitar la canalización de la información, muchas veces muy técnica, muy confusa, o muy difícil de entender y llevarla al ciudadano común y corriente para que pueda entenderla, pueda asimilarla y pueda darse cuenta de cuáles son los reales impactos de una tecnología, como es la biotecnología agrícola o los cultivos transgénicos”.

Cultivos Transgénicos y sus Detractores

Desde hace ya algunos años, la palabra “Transgénicos” se ha transformado en el blanco de los dardos de muchos grupos que se oponen a la producción de este tipo de cultivo en Chile, y ante esta situación Miguel Ángel Sánchez comenta: “muchas veces se confunden argumentos ideológicos de grupos que se oponen a esta tecnología, con argumentos técnicos o científicos, y ahí se genera la confusión. Desde un punto de vista ideológico cada uno es libre de pensar como uno quiera, pero eso no debería confundir los argumentos y llevar el tema a una desinformación aún mayor”.

El Director explica que para tener una idea clara sobre qué son los cultivos transgénicos o los cultivos genéticamente modificados: “hay que tener claro qué son las proteínas y lo que es el ADN. Las proteínas son las moléculas que hacen las funciones en un organismo, funciones metabólicas, fisiológicas, etc., Y los genes, son los fragmentos de ADN que tienen la información para que se produzca una proteína. Un cultivo transgénico es aquel al que se le ha introducido un gen proveniente de otro organismo con la finalidad de que produzca una proteína que antes no producía, porque no tenía la información genética. Ese movimiento de un organismo a otro se hace mediante técnicas de biología molecular o de ingeniería genética y eso es un transgénico, es decir, mejorar las características de un organismo entregándole una nueva propiedad mediada por un gen que produce una proteína nueva”.

Para contextualizar, los transgénicos parten comercializándose el año 1996, con 2 millones de hectáreas en Estados Unidos, y con el tiempo hasta el día de hoy, crece exponencialmente a nivel mundial, a tazas del 10%. Según Sánchez, el año 2011 llegó a 160 millones de hectáreas en el mundo, “lo que significa que un 11% de la superficie mundial está sembrada con transgénicos”, sentenció.

Lo que la mayor parte de la gente desconoce, es que los alimentos derivados de los cultivos transgénicos son los alimentos más estudiados en la historia de la humanidad. Para que un cultivo transgénico y posteriormente sus alimentos, se puedan comercializar, éstos tienen que pasar una serie de pruebas y evaluaciones científicas rigurosas, con criterios internacionalmente reconocidos que le dan el vamos a la comercialización. Sánchez agrega que: “ningún otro tipo de alimento en el mundo pasa esas pruebas; y está repleto de reportes de alimentos comunes y convencionales que producen enfermedades, malestares estomacales, etc., y ahí no se evalúa”.

Los cultivos transgénicos que hoy día existen, comercialmente hablando, básicamente son 4: algodón, maíz, soya y canola. El Director de CHILEBIO y Doctor en Ciencias Biológicas comenta que: “el algodón que representa el 80% del algodón mundial, es transgénico. Es nuestra ropa, nuestras sábanas, cotones, etc. Mucha gente ignora que las semillas de algodón traen aceites, y esos aceites se utilizan en la industria de los alimentos. Cuando uno ve en los productos de los supermercados aceites vegetales, no tienen el apellido de dónde vienen esos aceites, pero muchos de ellos son aceites de algodón”. Miguel Ángel dice que: “si uno va al supermercado y ve las etiquetas de los productos procesados como el maíz, cereales, vienesas, hamburguesas, lo que se te ocurra, vas a encontrar derivados del maíz o de la soya. Eso nos lleva a estimaciones de que casi el 70% de lo que está en el supermercado como alimento procesado, tiene ingredientes derivados de algún cultivo transgénico”. Además agrega: “si nos salimos de los cultivos y vamos a organismos transgénicos en general, por ejemplo en la medicina, el 100% de la insulina es transgénica, es una bacteria que tiene un gen humano, que produce la insulina, luego nosotros purificamos esa insulina y la inyectamos. Existen levaduras transgénicas, no te puedo asegurar qué industria la ocupa y cuál no, pero existen y están disponibles para los procesos de fermentación”.

Podría decirse que los organismos transgénicos son parte de la vida cotidiana. Los detergentes tienen derivados de organismos transgénicos y según Sánchez: “nadie se está cuestionando si es seguro o no, usar el detergente. Nadie se cuestiona si la insulina es segura o no es segura por ser transgénica”. Argumenta también que: “muchas veces se confunde el argumento técnico o científico o de seguridad de los transgénicos, con argumentos que se escapan a eso, que son ideológicos, etc., etc. El cultivo transgénico y los organismos transgénicos son una tecnología que nos puede aportar mucho a nuestro vivir y nosotros tenemos que sacar provecho de eso”.

Cultivos en Chile y el Mundo

Chile tiene una situación contradictoria, porque es uno de los principales países productores de semillas transgénicas con fines de exportación, para abastecer al mercado del hemisferio norte. Sánchez enfatiza: “no tenemos competencia en la producción y exportación de semillas transgénicas, sin embargo, Chile no produce grano o cultivo para consumo interno”.

Bajo ese contexto, la multiplicación de semillas se realiza y se exporta, pero los agricultores nacionales no pueden usar esa semilla en Chile para producir el cultivo acá y comer finalmente el maíz que ellos mismos originan. Según el Director de CHILEBIO: “eso nos tiene en desventaja con los distintos países de la región, porque Argentina, Uruguay, Paraguay, Brasil, Bolivia, Colombia, producen cultivos transgénicos”.

De todas maneras, si hay una idea que une a todos los grupos, es que Chile tiene que avanzar, que la agricultura debe ser más competitiva, y que no se vea en desventaja frente a países vecinos. Miguel Ángel comenta que: “los cultivos transgénicos que hoy día existen, comercialmente tienen una serie de beneficios ambientales, ya que los que han sido mejorados para resistir insecticidas y herbicidas, utilizan menos insecticidas y herbicidas, por ende son amigables con el medio ambiente y eso trae un beneficio directo al bolsillo del agricultor, porque gasta menos en hacer crecer esos cultivos”.

El consumo de transgénicos no está prohibido en Chile, si no que no está regulado el cultivo, la producción de los cultivos, sólo está regulada la producción de semillas. El Director Ejecutivo enfatiza: “el consumo no está prohibido, nosotros comemos todos los días transgénicos”.

Según Miguel Ángel, lo que falta en Chile es voluntad política de avanzar en el tema, “muchos países que estaban en una situación similar a la que nos encontramos hoy, como por ejemplo Brasil (que antiguamente no tenía transgénicos y sus transgénicos habían sido introducidos de forma ilegal), tenían un Presidente Lula, que en su momento dijo: Ok, si queremos progresar y queremos que nuestra agricultura sea una potencia a nivel global, vamos con los cultivos transgénicos, pero hagámoslo bien, regulémoslo, digamos qué se puede hacer, y qué no se puede hacer, y Brasil, que hace 5 años no era nadie en cultivos transgénicos, ahora es el segundo productor mundial con 35 millones de hectáreas. Y eso ha traído una serie de beneficios para los agricultores brasileños y para los bolsillos de los agricultores y para todo lo que son las instituciones ambientales, sociales, etc., en ese país”.

ETIQUETADO DE PRODUCTOS TRANSGÉNICOS  

Miguel Ángel llama a la población a ser cautos en este tema, porque la finalidad de un etiquetado es entregar información nutricional. Él agrega que: “si nosotros tenemos dos productos que son iguales, nutricionalmente hablando, no vamos a entregar información nueva. Diferente es si nosotros cambiamos el contenido nutricional a un producto, obviamente tenemos que etiquetarlo. Si yo le cambio el contenido de Omega 3, por ejemplo, obviamente yo tengo que decir si tiene más o menos Omega3. Pero si con lo que tenemos hoy, tenemos un producto  que es resistente a un herbicida xx, eso da lo mismo, no entrega información nutricional y se pierde el objetivo del etiquetado, y muchas veces va a llevar a confundir, eso es justamente lo que se pone en el debate. Si se quiere etiquetar, que se etiquete, pero que se entregue información nutricional correcta para el consumidor, porque si no conlleva a desinformación”.

Justamente bajo esa idea, Sánchez recuerda cuando se  etiquetaba en diversos aceites: aceite vegetal libre de colesterol, lo cual no era falso, “pero TODOS los aceites vegetales son libres de colesterol, entonces qué información estamos entregando, no es una información correcta”, sentenció.

En el corto plazo se espera que empiece una saga de cultivos transgénicos con nuevas características, como hacer que los alimentos tengan mejoras nutricionales, o que contengan un mayor número de ácidos grasos como Omega 3, mejorar el contenido de vitaminas, reducir sustancias que producen alergia en algunos porcentajes pequeños de la población, o por ejemplo, un trigo apto para celíacos, etc.

El Director de CHILEBIO cuenta que aquellos son cultivos con modificaciones que están en su etapa final de desarrollo y que todavía no son comerciales. “En el corto plazo vamos a tener disponibles esos productos para la gente. Hoy los consumidores no perciben los beneficios directos de los transgénicos, porque quienes los aprecian son los agricultores, quizás ahora con estos nuevos productos que van a estar disponibles, los consumidores van a tomar conciencia de los potenciales beneficios que pueden traer”.

Fuente: www.portaldelcampo.cl

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